viernes, 11 de junio de 2010

ECCE HOMO II, en Guayaquil

En la Alianza Francesa de Guayaquil

MIÉRCOLES 16 DE JUNIO, 19h30

Presentación del libro “Ecce Homo II”

de Cristian Avecillas

Intervendrán junto al autor, como presentadores,

Marigloria Cornejo y Fabián Darío Mosquera

Auditorio de la AF Principal (Hurtado 436 y José Mascote)


Entrevista de Fabián Darío Mosquera

En torno a la presentación del libro ECCE HOMO II

Miércoles 9 de junio de 2010

1 En este libro, asistimos a una suerte de repaso por diversos arquetipos de hombre, algunos ya establecidos (el homo faber, por ejemplo), otros, elaborados poéticamente por ti. Desde la perspectiva que planteaba Max Aub cuando decía que escribir es recién buscar lo que se quiere decir, ¿es este libro una búsqueda íntima de codificar la humanidad utópica de tus anhelos?

Pienso que cuando un escritor escribe la palabra “rosa” no la busca, la diseña. Escribir “rosa” es también significar todas las rosas. Escribir “verano” es conseguir un verano para el otro. Por eso es necesario escribir. La rosa siempre va a ser rosa, pero adentro del poema, junto al verano y bajo el hombre, va a obtener otro color. Entonces, se escribe lo que se conoce no lo que se busca porque el acto poético termina en el otro, no en lo que buscamos como escritores -para eso, la vida- sino en lo que el lector consigue cuando termina el acto. Por eso al escribir rosa no busco la rosa, sino su floración, su posibilidad en el otro, ya sea el otro el poema o el lector.

Estamos hablando de religión aquí. Y hay dos formas de vivir esta religión: la primera es ensanchando el templo y la segunda, destruyéndolo. Y tanto ensanchar como destruir son actos de fe. Eso es escribir: no un devaneo, no una búsqueda, sino una certeza, una fe. Fe que termina, y que a la vez renace, en el otro: el verano es también la rosa.

En cuanto a mis anhelos, como hombre tengo muchos, pero como escritor, como alguien que vive un sacerdocio, más bien tengo intenciones y actos. Mis utopías, como en todos, pueden ser muchas, deben ser muchas, y es tarea urgente que las utopías sean muchas, es tiempo de recuperar las subjetividades. Por eso te decía que estamos hablando de religión aquí. Por eso en este libro escribo el hombre.

2 En este sentido, también, volvemos a la tensión erótica y amorosa entre hombre y mujer, en función de construir un todo en el poema (algo frecuente en tu obra). Poesía sobre el oficio de hacer poesía. ¿Dónde encuentras tus nutrientes poéticos elementales, más substanciales, dentro de la vida, de la cotidianeidad?

La comprensión de un poema es una de las más arduas tareas que puede experimentar un ser humano; la interpretación es otra cosa, pero estar inteligentemente adentro de un poema es tan arduo y tan verdadero que es posible hallar la vivencia: por un momento estás adentro de lo bello, adentro de lo que nació fugaz y que, milagro, ante ti es un objeto imperecedero. Ante esto, creo que hay que ser humildes para permitirse la experiencia, en el sentido de que el hecho de saberse, como lector, el destinatario de una trasgresión, de una cosmogonía o de una ciencia, implica necesariamente una pregunta: ¿para qué? De ahí nacen todas las responsabilidades, de ahí, las vocaciones: patrias, filosofías, humanismos, revoluciones.

Por eso, como poeta, creo que debo existir haciendo poéticas; y si alguna permanencia me es posible no será para mí, sino para el otro, al cifrarlas, al vivirlas o al negarlas.

En cuanto a aquella tensión amorosa que suscribes, digo lo siguiente. La mujer es lo que me incumbe, no solo por preferencia humana, sino por decisión poética. Aquí volvemos nuevamente a la religión: yo pienso a la mujer, en español, como un lugar oscilante en donde entra y sale la poesía, como un lugar siempre ajeno en donde la ficción permite la paranoia o el reposo; es decir, pienso a la mujer en español como aquel templo que mencioné hace un instante; templo que podemos, hombres, ensanchar o destruir.

En parte de mi obra digo eso, que la mujer necesita independencias y poemas; por eso algunas, confundidas, buscan evangelios, por eso otras, cortejadas, se enamoran.

Según nuestro Juan Montalvo la institución verdaderamente sabia sería la siguiente: que las mujeres escojan a sus cónyuges. Esto obligaría a los hombres a la valentía, al ingenio y a la belleza: y los hombres “siempre tenderían a las virtudes y a la perfección moral”. También nos recordó que Pedro El Grande “civilizó por medio de la mujer: esta, esta es su gran obra, su obra maestra”. Esto quiere decir que hacer humanidad es permitirle a la mujer pensar y hacer la humanidad como mujer.

Esto, creo, acaecerá en Ecce Homo II, cuando el lector se encuentre con el poema Homo politicus, que es donde, por primera y única vez, se construye un “nosotros”. Para mí la vida cotidiana es eso, pues me circunda una ética plural en donde ejerzo, o trato de ejercer, el día como si estuviera adentro del día; ese poema. Eso quiere decir que todos los días leo, quizás solo un poema, pero leo y leo adentro. También puedo estresarme, pero el estrés puede ser un nosotros. Además, la anécdota dirá que una mujer me acompañaba mientras tanto, y que al final del día, quién sabe, hizo poesía o delinquió.

3 Con este libro obtuviste el César Dávila Andrade, uno de los premios de poesía más importantes del país, ¿qué significan los premios para ti? ¿qué importancia tienen para el poeta?

Hay que ganar premios, hay que ser favorecido por un jurado, hay que obtener cierto efímero pero público reconocimiento sobre lo que se está haciendo. Si no lo ganas tú, lo va a ganar otro. Claro, esto acarrea envidias, prejuicios y otras prosas, pero si hay obra digna, hay que concursar. El peligro está en la falsa modestia o en la vanagloria. Hay quien anhela un premio para justificar su escritura, cuando en realidad es al revés, el premio es consecuencia: no hay que escribir para concursar, hay que concursar ya que se escribe.

Se debe considerar lo siguiente: no es lo mismo hablar como poeta que como premio nacional de poesía ante un editor. Además, obtener un galardón significa que un jurado garantiza a un lector hipotético que el libro es digno de ser leído. Por último, los premios publican las obras ganadoras, y en este tiempo hay demasiadas antologías, todas incompletas, y pocos libros de poesía.

Sin embargo, ya llegará el momento en que todos los escritores hayan ganado un premio; eso va a ser doloroso y falaz. Empero, hasta hoy, el premio César Dávila mantiene su prestigio y su vigencia y va a seguir dirimiendo nuestra literatura y tamizando nuestro patrimonio poético; por eso, muchos de los poetastros de hoy tardarán mucho tiempo en obtenerlo.

4 En qué estás trabajando actualmente.

Precisamente por haber obtenido un premio, en este caso internacional de dramaturgia, me vi impelido a comprometerme de lleno con el teatro. Alguna vez sentí el llamado de la vocación, pero ya que la poesía demandaba tiempo y vida, tuve que postergar mi respuesta hasta estos días. En Argentina, con la actriz Estefanía Solórzano, fundamos Teatromiento, y ya hemos presentado Funeraria Travel en varias ciudades y países. Hoy estamos dedicados a perfeccionar la obra, a pulimentar detalles técnicos, y pronto tendremos nuevas presentaciones que cumplir y nuevos públicos que conocer.

Pero mi trabajo ocurre de manera poética y extraña. No dentro del resarcimiento de las remuneraciones, sino en la ofrenda, en el tequio. Es así como soy responsable de intercambios poéticos con otros lares y otras voces; y es así como también me dedico al periodismo o a la investigación. Pero sobre todo, sigo escribiendo. He terminado algunos poemarios y algunas voces desde que terminara Ecce Homo II en el 2008.

5 ¿Cuál es tu perspectiva de la poesía actual ecuatoriana, de sus discursos, líneas estilísticas y su solvencia cualitativa?

Ser juez y parte es siempre delicado. Yo soy parte de la actualidad de la poesía ecuatoriana, y esta pregunta requiere alejarme de tal condición. Lo intentaré:

Creo en la poesía ecuatoriana. Creo en ella precisamente porque soy parte de ella. Milito ahora, escribo ahora; y conozco desde adentro a quienes están haciendo poesía con rigor técnico y convicción de oficio.

Sin desviarme mucho de tu pregunta, es necesario responder cuantitativamente. Dar nombres sería dar halagos y esa no es mi voluntad; pero en el Ecuador de hoy existe una constelación de voces importantísimas, maduras, que tienen proyección internacional y que, es más, deben ser proyectadas internacionalmente como orgullo patrimonial de todos los ecuatorianos. No son muchas estas voces. Entre 30 y 40 años, diría que hay 8, menores de 30, yo diría que son 4; pero son voces trascendentales, voces latinoamericanas, voces de heredad. Puedo equivocarme en el número, por eso cuando alguien más lo demuestre con poesía, me corregiré.

En cuanto a temáticas, no te hablaré de aciertos, pues dar con ellos es don del lector en su intimidad, te hablaré de lo que percibo como amenazas para la poesía de hoy. Hay poetas que solo encuentran poética en lo contingente de sus propias vidas. Eso es grave. Varias voces se dedican a hablar de despilfarros y malicias y lo que logran es contaminar la página y las horas. Hay otras voces que en cambio se dedican a ornamentar narraciones, a describir situaciones, a hacer cine con poesía. Eso también es grave, pues tanto la ideologización como la descripción son el enemigo. Hölderlin ya decía “ni describir ni aleccionar”. Hay voces que no le tienen ningún recelo al idiolecto. Y hay otras que trazan una precaria línea efectista del humor negro, luego dicen que han hecho un verso y se celebran. Sin embargo, el mayor peligro es la inmediatez, madre de la bisutería.

Lo bueno es que los poetas, los verdaderos poetas “no comen cuento”. Quienes leen poesía saben a ciencia cierta quiénes hacen poesía y quiénes no. Lo malo es que los mercaderes de poesía le hacen un daño terrible al público masivo, son como comerciales de televisión que se repiten para posicionar marcas, y el público puede confundirse y quedarse con las marcas.

Sin embargo, en la historia de nuestra literatura no entrarán. La historia de la literatura es y será hecha por estudiosos sensatos, hombres y mujeres de infatigable lectura que difícilmente se dejarán convencer por pirotecnias y propagandas. Hablo de gente que sabe que las antologías son solo muestrarios y dedican su tiempo a leer libros de poesía y no catálogos.

lunes, 12 de abril de 2010

He aquí el hombre, con nosotros

LA HORA DEL HOMBRE
(fragmento)
por: Jorge Dávila Vásquez

Texto de presentación del libro ECCE HOMO II,
Jueves, 8 de abril, 2010, 17:00
Auditorio César Dávila Andrade, Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación
Universidad Estatal de Cuenca,
Cuenca, Ecuador


Con el libro ECCE HOMO II, que presentamos en esta tarde, el poeta quiteño Cristian Avecillas, nacido en 1977, se hizo acreedor, en 2008, al premio único del VI Concurso “César Dávila Andrade”, que convoca el Encuentro sobre Literatura Ecuatoriana “Alfonso Carrasco Vintimilla”, organizado por esta querida Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación.

Previas a una panorámica del poemario, he aquí dos constataciones:

Primera, el escritor pertenece a ese conjunto de creadores treinta añeros, cuyo trabajo literario está en plena etapa productiva, que constituyen ya una nueva generación o grupo humano, que comparte ciertas afinidades estéticas y humanas, y que significa el relevo de la que podríamos llamar la generación del setenta, integrada por aquellos escritores que nos dimos a conocer en los primeros años de la década o cuando ésta mediaba.

Segunda, los autores de este período cuentan no solo con una serie de reconocimientos, algunos de carácter internacional, sino también con importantes publicaciones que constituyen el nuevo patrimonio literario del Ecuador de hoy.

Esto subraya que el importante concurso “Dávila Andrade” -digno colofón del mayor de los simposios sobre nuestras letras que se dan periódicamente en el país- ha reconocido en ésta y en oportunidades anteriores, producciones que tienen un sitio en el contexto literario ecuatoriano y cuyos autores se constituyen en nombres claves dentro del panorama de nuestras letras.

Centrándonos en el libro de Avecillas, lo primero que llama la atención es su unicidad y calidad homogénea de sus composiciones. No se trata de una antología, que reúne algunas piezas de calidad y otras, menores, sino de un libro concebido con un sentido globalizante, como un todo, con un profundo y parejo desarrollo de las composiciones y un parecido aliento lírico en la mayoría de piezas.

El poeta -generador de textos teatrales, ensayísticos y de una vasta investigación sobre la personalidad de Edmundo Ribadeneira, uno de los gestores culturales más trascendentes de su tiempo- divide su poemario en cuatro secciones, que responden a subtítulos latinos, que se podrían traducir más o menos como: El hombre antecesor, el prosaico, el dramático y el poético. (...)

Como ustedes habrán podido apreciar, se trata de una categorización arbitrariamente poética, pero que abarca la humanidad entera en sus relaciones interpersonales, cifradas, especialmente, en los vínculos de pareja, y sus contactos, de larga data histórica, con el verbo y con el cosmos; y el estupendo conjunto de visiones de un hombre que es muchos y al mismo tiempo uno solo, elaborado con una fuerza que, a ratos, nos remite a los textos genésicos de la Biblia; con una intensa vitalidad y una estupenda orfebrería del lenguaje, como las que se perciben en cada uno de los ejemplos citados, o en estos versos con los que cierro este breve abordaje:

“¿Sentirá la tierra en este instante que tu cuerpo está iniciando una poesía? / ¿Sentirá la tierra tus instintos?”

Esto es poesía, y no admite más palabras, porque ya en ella, lo que toca a su tema, está perfectamente dicho, como en toda obra notable, que se construye desde las canteras del saber, de las más intensas tradiciones de la palabra, del cuerpo, y de los sueños.

viernes, 20 de noviembre de 2009

FUNERARIA TRAVEL


El día sábado 26 de septiembre, en el número 661 de la calle 34, entre 8 y 9, de la ciudad de La Plata, provincia de Buenos Aires, Argentina, nació el grupo Teatromiento, fundado por Estefanía Solórzano y Cristian Avecillas.



FOTO: Fabricio Chaar




Entrevista de María Virginia Grecco
Diario La Mañana, San Carlos de Bolívar, provincia de Buenos Aires Argentina
Domingo, 8 de noviembre de 2009



¿Cómo te acercaste a la dramaturgia?

Para evadir la ingenuidad, la predisposición a las supersticiones, para evadir el consumismo y evitar ser presa fácil de las estadísticas y de los dogmas, para evadir los efectos de la propaganda y del terror: hay que leer poesía. Sin embargo, nuestra actualidad ha distanciado al hombre común de sus poetas. Además, hoy abundan poetastros hechos en liviandades cibernéticas, en recetas de autoayuda y en antologías de farándula.



En algún momento conocí a varios grupos de teatro, como Malayerba y Sarao de Ecuador, La Cuarta Pared y Vuelve en julio de Argentina, el Teatro de La Villa de Cuba, etc., haciendo en el escenario obras de verdadera poesía. Por lo tanto, pensé en el teatro; para que el diálogo entre lector y poema trascienda a auditorio y acción, para que el evento individual de la vivencia de un poema trascienda a la soledad de una sala multitudinaria.



Por lo tanto, como dije: creo que hay que leer poesía para evadir la ingenuidad, y creo que para leer poesía hay que ir al teatro.

¿Cómo conviven en vos las facetas de actor y poeta?

Ser poeta es un heroísmo casi arcaico, tan arcaico como decir que un pueblo tiene identidad e idiosincrasia. Ser actor, en cambio, es estar en el tiempo, es como decir hoy.

Así conviven en mí el poeta, el ayer, con el actor, el hoy: diciendo y haciendo el futuro; y el futuro es un evento de misterio e incertidumbre, por eso a veces soy un hacedor místico, por eso a veces soy profano.

¿Qué es Teatromiento? Contanos algo de la gira que están realizando en Argentina

Teatromiento nació en el Nº 661 de la calle 34 de la ciudad de La Plata, Argentina, y fue fundado por Estefanía Solórzano y Cristian Avecillas; por lo tanto, procede de Ecuador pero nace en Argentina, como una madre que viaja de una ciudad a otra con su vientre henchido de vida y pare al llegar a su destino. Es decir, Teatromiento tiene historia ecuatoriana y luz argentina.

Para nosotros el teatro es una forma de alcanzar instantes de poema, la inteligencia comunicada de las pasiones. Por eso Teatromiento es la voluntad de desplazar imágenes a través de los vacíos para permitirle al espectador el misterio de ser un nuevo Juan en Patmos, para que no olvidemos nunca nuestro primer amor, para que al salir del teatro el espectador comience a vivir su paraíso.

La primera evidencia del existir de Funeraria Travel ocurrió gracias al grupo de teatro Vuelve en Julio, de La Plata, quienes leyeron por primera vez sus contenidos en el año 2007; al ver a Carlos Ayala y Cásper Uncal leyéndola, y, sobre todo, al ver que todos los demás amigos se reían mucho, supe que el efecto y el destino de la obra estaba cuajado.




Pasado el tiempo, ya en este año Funeraria Travel obtuvo la beca latinoamericana de dramaturgia que nos trajo a la Argentina: el 4 de agosto arribamos a Ezeiza gracias al premio y a la invitación de La Cuarta Pared. El 11 de octubre, se estrenó en el Teatro Taller de la UNLP, y siguió ruta por Piriápolis, Uruguay y ahora continúa en Bolívar.

Hemos construido este itinerario gracias a la generosidad argentina y a la voluntad de la gente de teatro por abrirnos rutas de coincidencia. En esto debemos agradecer a grupos de teatro como La Cuarta Pared, Vuelve en Julio y Teatro topográfico, quienes nos han permitido espacios y encuentros; y sobre todo agradecer al grupo Artecon cuyos integrantes nos tendieron su amistad para permitirnos presencia en Bolívar, y a Miguel, a Duilio, al "gallego" Pérez, a Lorena, a Claudio y Marita, y en general a la gente de Bolívar, porque el sueño de nuestro teatro es posible en el centro geográfico y humano de la provincia de Buenos Aires.

¿Qué nos podrías adelantar de lo que veremos en Funeraria Travel?

Funeraria Travel es un delirio. Los dos personajes maquinan sus empresas sin que les importe ni la sensibilidad ni la inteligencia. Infatigables y atrevidos, moviéndose de lo sublime al disparate, Sucu y Moria lucharán por enmascarar con necesidades ajenas sus remuneraciones personales.

Un instante de comedia parecerá bastante familiar y por ende trágico; sin embargo, Funeraria Travel no es una parodia sino una realidad en donde lo inesperado toma forma de proclama. La poesía, o la infamia, sucederá cuando algún espectador encuentre en Funeraria Travel su imagen: será tanta la igualdad que al verse en este espejo se sentirá rodeado.




miércoles, 18 de marzo de 2009

PREMIO NACIONAL DE POESÍA


De: Ecce Homo II
Premio Nacional de Poesía César Dávila Andrade
Ecuador, 2008

HOMO SAPIENS

¿Pero en dónde está si no en un verso?
¿Dónde, aquella amada infatigable?
¿Dónde, tú en el yo que te imaginas?

¿Sentirá la tierra en este instante que tu cuerpo está iniciando una poesía?
¿Sentirá la tierra tus instintos?
¿Sentirá una forma tu oquedad?
No.
La tierra no
Pero sí ella,
La que orienta la intemperie de tus genes
Mientras baja desde el cuerpo hasta el poema,
La apartada de la luz de los iguales
Cuando llegas con tus vísperas de sombra,
Que a pesar que la imaginas a empellones, te conoce,
Que a pesar de la escritura, te recuesta.

¿Le dirás que ya no es útil el lenguaje ante la carne acometida?
¿Le dirás que el verso es como un cuerpo en donde el cuerpo anulas?
¿Le dirás, a la anhelada, que su pierna paraliza las metáforas
Mientras ella, cuando móvil, todo te contiene y te permite?

No.
Te callarás para escuchar tu nombre.


HOMO SENTIENS

I
Y te arrancas de la infancia cuando piensas por primera vez en el destino:
Del amor al todavía te encaminas al amor por los demás,
De la piel adormecida te levantas para raza de la noche
Y en la lengua distribuyes los arpegios de la muerte,
Porque ya no crece el cuerpo en donde el fin se extiende,
Ya no crece el cuerpo,
Crece el fin.

II
Y es entonces cuando naces del anhelo como antaño de la víscera,
Y te nutres, criatura intrascendente, con la nata de los hechos:
Frágil párvulo en la idea,
Núbil te acostumbras a una convicción.

Y de pronto, adolescente,
Sientes la atracción de los patíbulos sobre el tibio palomar de una mirada.

Y de pronto: hombre,
Hombre al asolar las suavidades:
Un paréntesis de escarnios en la férula del mundo,
Una hueste de epitelios acercándose al hollín.

III
Y consigues de repente una presencia:
Ya no crece el cuerpo,
Crece el fin…


HOMO ESPERANS

I
Y es así como tu cuerpo se transforma en pedestal de zoologías:
Tu cerebro, la costura empalagada,
Tu cadera, la cuadrúpeda quimera,
Tus talones, el laicado de tu sombra,
Y tu sombra, la carátula del sol.

Y derramas la ponzoña de tus ojos cuando aguardas la irrupción de una belleza.

II
Y en el tizne de tus labios
Organizas una luz que te permite adivinarte con palabras,
Y decir que el frío es frío
A pesar de que el relente de otros nombres
Recalienta el penetral de tu mordida;
Y decir que el sueño es sueño
A pesar de que en la tregua de tus noches
La materia de un quebranto te despierta
Para hacerte el yodo insomne sobre el tiempo repartido en llamaradas.

III
Oh memoria:
Periferia mercenaria es la belleza,

Oh proyecto:
Ortopedia con la piel de una mujer.

jueves, 20 de noviembre de 2008

Presentación del primer tomo de la Colección Edmundo Ribadeneira:
Estudio Biográfico de Edmundo Ribadeneira



Autor: Cristian Avecillas Sigüenza



Sábado 29 de noviembre de 2008
Sala Alfredo Pareja Diezcanseco
Centro de Convenciones Eugenio Espejo
(Junto a la maternidad Isidro Ayora)
19:30



Tras 3 años de investigaciones y escritura, Cristian Avecillas Sigüenza (Quito, 1977) ha conseguido estructurar en forma enciclopédica la vida y la obra de Edmundo Ribadeneira, un una colección de 4 volúmenes, cuyo primer tomo, Estudio Biográfico de Edmundo Ribadeneira, será presentado el día jueves 20 de noviembre de 2008 por el señor Ministro de Cultura, Galo Mora Witt, en el auditorio Agustín Cueva del Ministerio de Cultura del Ecuador.

Esta obra enciclopédica está compuesta por los siguientes volúmenes: Estudio biográfico de Edmundo Ribadeneira, Concierto de voces para una biografía (libro de entrevistas), Diccionario de Edmundo Ribadeneira, y el libro póstumo del profesor Ribadeneira, El Cajón Postergado.

El primero de estos tomos, auspiciado por el Comité Nacional Permanente de Conmemoraciones Cívicas, con el aval del Ministerio de Cultura del Ecuador, y publicado por la Editorial El Conejo, cuenta con 600 páginas y más de 80 fotografías sobre la vida y la ingente gestión pública del Profesor Ribadeneira, uno de los más importantes referentes de nuestra historia cultural, cuya memoria es rescatada, con detalle y argumento, en este trabajo.

Según Irving Zapater: “Cristian Avecillas Sigüenza, investigador y poeta, y él también gestor cultural, describe en este libro, con lenguaje claro y sencillo, los capítulos más relevantes de la vida de Edmundo Ribadeneira y lo hace para fijar, en los anales de la historia de la cultura de nuestro país, una vida de cuyo recuerdo no se puede prescindir en el futuro”.


ALGUNOS DATOS SOBRE EDMUNDO RIBADENEIRA:

El Profesor Edmundo Ribadeneira (1920-2004), hombre universitario con más de 40 años al servicio de la educación de los ecuatorianos como profesor, decano de la Facultad de Artes y Vicerrector de la Universidad Central del Ecuador, ha sido uno de los más importantes referentes de nuestra historia cultural; sin embargo, tras su desaparición repentina, su enorme obra y la vigencia de sus ideas quedaron postergadas al desconocimiento de las nuevas generaciones tanto por la inercia de las instituciones culturales del país como por la falta de trabajos de investigación serios y detallados .

Es así como, con esta Enciclopedia Colección Edmundo Ribadeneira, y sobre todo con su 1º tomo titulado Estudio biográfico de Edmundo Ribadeneira, de Cristian Avecillas Sigüenza, brota, nuevamente, a la luz, la ejemplar y referente trayectoria de quien se desempeñó en los más altos cargos de responsabilidad cultural de nuestro país, como la Presidencia de la Casa de la Cultura Ecuatoriana (1979-1988), y se palia, en mucho, la desinformación que sobre su indiscutible figura se ha cernido.

Edmundo Ribadeneira, autor de más de 20 libros, profesor de más de 15 cátedras en la Universidad Central, además de ser Presidente de la Casa de la Cultura, es recordado por su liderazgo militante al frente de todos los órdenes de las actividades culturales del Ecuador de los últimos tiempos, ya que construyó los edificios de la Facultad de Artes de la Universidad Central y el Edificio Matriz de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, además, en compañía del poeta Ulises Estrella, fundó la Cinemateca Nacional de Cultura y, en compañía del Dr. Luis Romo Saltos, organizó el Primer Congreso de Ciencias del Ecuador. Además de haber mantenido una columna de opinión (De todo un poco) por más de 15 años en el Diario El Comercio de Quito, fue colaborador de diferentes medios de comunicación escrita tanto del Ecuador (como la Revista Vistazo, el Diario El Sol, el diario del Ecuador, Revista Mañana, etc.) como de Chile (como el diario El Siglo, periódico Ultimas Noticias, Revista Portal, etc.)

Fue galardonado en múltiples ocasiones por diferentes instituciones educativas (condecoración Al Mérito Educativo, IECE, 1994), deportivas (Presidente Ilustre de Liga Deportiva Universitaria de Quito, 1981) periodísticas (Premio Nacional ‘Eugenio Espejo’ Categoría Periodismo de Opinión UNP, 1999), así como recibió los dos premios culturales más importantes del Ecuador: El Premio Nacional en Cultura Eugenio Espejo (1988) y la Condecoración Vicente Rocafuerte del Congreso Nacional del Ecuador (2004). Internacionalmente también fue reconocido su trabajo como administrador de la cultura por lo que recibió diversas condecoraciones de países como Francia (Officier dans l’Ordre des Arts et des Letres del Gobierno de Francia, 1996), México (Águila Azteca, 1980), Bulgaria (Mil trescientos años de Bulgaria, 1981), Brasil (Cruz Azul, 1982), etc.




martes, 21 de octubre de 2008

MENCIÓN PARTICULAR PREMIO NÓSSIDE 2008, ITALIA

POEMAS DE:
Cristian Avecillas Sigüenza

EL ROSTRO DE DÍA



a Cuba,
donde cada mujer es una Isla.

Voy a hacer la faz del día porque todos vamos a la noche
Y caemos en la lentitud para entender la prisa
Si encontramos la sonrisa que nos muestra en dónde está la soledad.

Voy a hacer un rostro:
Una forma en español donde el deseo mande,
Un espejo en donde ver a una mujer.

Voy a hacer un rostro:
El olor del viento es la única materia que preciso
Y una hermosa cabellera acompasada con el aire.

Diseñar sus ojos con las cosas que imaginan las mujeres sobre el cielo,
Trabajar sus labios sobre todos los peligros incansables del infierno,
Y encontrar su frente por encima de todo lo posible
Y de todo lo sagrado.

Elegir las cicatrices del poniente
Para entrar en sus mejillas con la sombra de los pájaros,
Levantar sobre sus pómulos el fin del horizonte
Y tocar todos los bordes donde acaba la inocencia,
Y sentir, sentir que allí yacen los héroes,
Allí donde el perfil se anuncia,
Allí donde el poema acaba.


LA INTUICIÓN

Voy a emprender la retirada, no vaya a ser un hombre el que se acerca.
ARISTÓFANES, La asamblea de las mujeres


La tribu se demuestra: hondo en la planicie danza el jefe.
Los tambores en las yemas dan el rumbo.
Molde: el brinco sobre la esperanza.

La raza camuflada grita,
Hervidero armado en pos de un animal.
Las mujeres prenden la fogata en la ladera
Y la tribu entera participa:
Ya es la cacería.

Así en la mente:
Danza el jefe y es una verdad.
Sientes una música,
Una raza en el estómago,
Un tambor sobre la pierna
Y no es sospecha, ya es verdad;
Porque el rumbo vislumbrado, la fogata anticipada,
La esperanza compartida, te revelan la verdad:

“No, mujer, no sigas;
Detente cuando intuyas que estás sola:
Ya es la cacería”.


LA IDENTIDAD FEMENINA

a Paola Avecillas



Una mujer así no se avergüenza de morir.
Yo he sido de esas.
ANNE SEXTON, De esas



Leo el horóscopo y me reconozco en todos los destinos del zodiaco.
Todos los signos soy yo,
Lo que le sucede a otras mujeres me sucede a mí,
Lo que vaticinan los ejércitos astrales,
Lo que desprotegen los videntes, me sucede a mí;
Y me siento definida como todas,
Definida y defendida en la escritura.

Nací Tauro, una luz de carne vio mi madre en su desmayo;
Ya era yo parte del tiempo:
En algún lugar un dios pensó en mi boca y me entregó una boca.

De Piscis tengo el alma, esa luz que se extravió después del parto,
Esa seducción de ser cualquier persona;
Y como yo, toda Capricornio,
Tengo esencia de ritual, todo es mística en la carne.

De Virgo tengo el tótem,
Me venera la sangre y me venera el espectáculo cuando se acerca un hombre.
De Cáncer tengo la sensación al fondo del temperamento.
Siempre guardo mi importancia, mi niñez.

De Libra, la armonía para discordar,
Jamás me siento inmóvil
Porque el mundo espera mis palabras para hablarme,
Porque el horizonte siempre es plano
Y es el ojo el que imagina las montañas.

Géminis me dio la magia,
Dos miradas para traspasar al hombre del que aprendo,
Porque en el final me veo a mí.

Y no me importa trasnochar cuando la noche puede ser vencida,
Cuando el remate de una lengua ya no es lengua
Sino principio de vendimia,
Cuando el deseo no es deseo y sí poema;
Y así amo: siento todos los destinos desarmando todos los placeres.
Una vez incluso me tocaron
Y nada más fue necesario para el brote.
Justo en el lugar, justo en el momento,
Ese dedo suyo desdobló mi punto
Y entre puntos me deshice de la noche.

Lábilmente amaba,
Siempre organizada para ser amada, siempre mereciendo ser amada:
Una carne construida en un poema
Con un verbo conjugado en dos diafragmas.
Núbilmente soy otras mujeres, el destino de una es mi destino,
La fragancia es universal;
Y si ya no crees en dios, cree en la intuición de una mujer.

Mi intelecto es Escorpión: no medito, me transformo frente al fuego,
Y frente al meditar no soy el fuego, soy meditación;
Y mucho más que todas, yo soy Aries:
Cuando busco el cielo encuentro el cielo.

Mis pupilas miran como Sagitario:
Todo se distiende frente a mí cuando me escuchan;
Hablo un poco para protegerme
Pero observo el adjetivo y me deshago de los nombres.

Y ante la ocasión del sentimiento,
Soy Acuario: nadie puede asirse tanto en el sudor.

Y que nunca salga herida una mujer, no.
No dañes a ninguna, no la engañes.
Cuando sufre una, sufren todas.
No violentes, no perturbes, no compares,
Porque sufren todas, porque salta Leo.



Mención Particular
Concurso Global de Poesía Nósside
Itália, 2008

martes, 2 de septiembre de 2008

PRESENTACIÓN
Todos los cadáveres soy yo
Jueves 11 de septiembre,
19:00
Sala Jorge Icaza
Casa de la Cultura Ecuatoriana
Breves apuntes sobre
Todos los cadáveres soy yo
Wladimir Chávez[1]


Hans Børli, lírico noruego, dramaturgo y novelista, sabía muy bien lo que significaba cortar y crear, tajar y concebir. Además de artista, Børli era leñador, oficio que practicó escrupulosamente a lo largo de su vida. Aquella afición por trinchar se trasladó a la pluma. Con ella en la mano, sobre la página inmaculada, el ganador del Premio de la Crítica (1970) podía, sin ir más lejos, cavilar sobre la esencia de la poesía y vincularla con la sangre de escritores y lectores. Las palabras se volvían como un flujo en las venas, como un órgano vital.


Sangre, ataja Børli, dicen que un poema debe ser escrito con sangre. Para mí es al revés. Yo no escribo con sangre. Yo sangro palabras. Y no requiero de vendaje alguno. (La traducción es mía).

Justamente, Avecillas (Quito, 1977) encuentra esa excusa de los cuerpos inertes para hablar, a su modo particularísimo, de la esencia y vitalidad de la poesía. Y más que eso: del tiempo y el fin. El poema es terminar el muerto / destruirse con el verso que parezca ser verdad.

Con el uso de imágenes sólidas y declaraciones semi-abstractas, Avecillas se decide a encarar, radical, las connotaciones surgidas de los restos de un camposanto. Lo inevitable en nuestro ciclo natural. En sus versos encontramos lo genérico transferido, reivindicado en lo singular, aquella máxima de Borges de que un hombre son todos los hombres. Todos los cadáveres soy yo comparte esa perspectiva. Su voz poética no teme al manifestar soy la humanidad / raíz abajo y pasto arriba.

La obra llega a nosotros dividida en tres partes: Cantar de la hediondez, Virgen funeral y Esqueleto de un poema. En el viaje que implica su lectura, una visión subjetiva nos guía con sus reflexiones. Así nos llega la invitación para ponernos a la altura de los gusanos y reconocer nuestra divinidad. También para percibir lo femenino, el deseo y la palabra.

No es ésta la primera incursión literaria de Avecillas, aunque sí la que más repercusión ha causado. Poeta y dramaturgo, Avecillas debe encontrar en el texto de Todos los cadáveres soy yo su punto de ruptura. La Mención de Honor en el 49 Concurso Internacional de Poesía, Casa de las Américas, Cuba (2008), no es un galardón despreciable. Para sentar un contexto, en la generación del leñador Børli el equivalente habría sido el desaparecido premio Oktoberprisen. Y es que lo bueno de los premios literarios (sobre todo los de larga tradición) es la publicidad que generan. La invitación al lector para acercarse y descubrir una voz distinta. Y en un país como Ecuador, donde la literatura de por sí ocupa un lugar secundario, este detalle no resulta marginal.
Siendo esta obra un punto de ruptura, tenemos aquí un nuevo nacimiento de Avecillas. Ha parido, y ya el texto no es suyo. Está a disposición del público, de sus comentarios, de sus halagos y hasta de su desprecio. Como dice el poeta: Nacer de nuevo / volver a ser un estropajo entre dos senos.

Se trata ésta de una lectura recomendada, un texto que debería llamar la atención de la crítica local. Al fin y al cabo, como Hans Børli, el lírico noruego mencionado al inicio, Avecillas sabe crear y tajar, concebir y cortar.

[1] Wladimir Chávez (Quito, 1977) reside en Escandinavia desde el 2001. En Noruega ha colaborado con la universidad abierta de Buskerud-Vestfold –Telemark y las universidades de Bergen y Trondheim. En la actualidad trabaja como profesor en las escuelas politéctnicas de Østfold y Bodø.